El profesor ha precisado que la antigüedad de los aviones se mide en horas de vuelo y no en años. Para una aerolinea comercial, recuerda, Cadarso, la edad de un aparato, equivalente en horas de vuelo año, sería 20 o 25 años, aunque al ser de uso militar se “le suelen dar 9.000 horas más de vuelo”.
En este caso, sin conocer las horas de vuelo del avión que utiliza el Principe Felipe, cree que no pasará el umbral permitido.
Las dos averías que ha sufrido el Airbus de uso real han sido, según este experto, por motivos electrónicos, menos graves que si hubieran sido problemas estructurales del avión.
No obstante, Cadarso apunta que, a veces, se llega a la conclusión de que “sale más barato comprar uno nuevo” que someterlo a tantas reparaciones.
Los aviones realizan en función de las horas de vuelo tres tipos de revisiones. La visual que se hace antes de despegar, otras revisiones menores, en relación con las horas de vuelo y la que en el argot se conoce como “gran parada”, en la que se desmonta el aparato pieza a pieza y se sustituyen las averiadas o defectuosas, para volver a montarlo.
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