El invierno se va acercando poco a poco. Cada día hace más frío, llueve, sopla el viento… Nos refugiamos en nuestra casa, con una manta, pero cada vez son más las personas que ya no tienen “tanta” suerte. Según un informe de Cáritas España, casi 30.000 personas viven en la calle en nuestro país.
Y empieza a dar igual la procedencia social. Jesús Sánchez, de Cáritas Diocesana de Getafe, que aglutina a todos los municipios de la mitad sur de Madrid, señala que casi la mitad de personas en la calle son inmigrantes. Un dato más inquietante si cabe es que el diez por ciento de las personas sin hogar en España tienen un título universitario.
Ante la gravedad de los datos, la organización de la Iglesia Católica, junto con la Federación de Entidades de Apoyo a las Personas Sin Hogar, han lanzado la campaña “Nadie sin hogar” para que en 2015 nadie esté obligado a vivir en la calle. Según Sánchez, es necesario seguir potenciando los albergues y pisos de acogida y, lo más importante, cambiar la rutina de la mendicidad en una rutina de formación y búsqueda de empleo.
Algunas asociaciones además han adelantado este año su campaña del frío para salir a la calle, noche tras noche, y tender un vaso de leche o un abrigo. Nos hemos fijado en Precomar, Prevención contra la Marginación, una asociación de Parla con años de experiencia en la ayuda a los más necesitados. El lunes comenzaron ya su ruta nocturna en furgoneta con mantas y bebidas calientes.
Ramón Domingo, presidente de Precomar, hace una radiografía de lo que se han encontrado estos dos días. Y era lo que se temían: más gente, sola, la mayoría sin familia, sin sitio al que ir, jóvenes de 19 años, adultos de más de 40, de todas las nacionalidades…
Y sí, aquí el drama de los desahucios también tiene algo que ver. Que en el último año se hayan producido casi 100.000 desahucios según ADICAE, la asociación de usuarios de la banca, hace que muchos se hayan visto en una espiral de pobreza de la que, según Ramón Domingo, es muy difícil salir.
Pero para curar esa pobreza no basta sólo con un vaso de leche caliente. El presidente de Precomar asegura que les dan alternativas. Por ejemplo, los albergues municipales, saturados, de Madrid capital, la dirección de servicios sociales de los Ayuntamientos, los centros de otra ONG, Cerma, en Cartagena y Sabadell para personas en situación límite… pero también un hombro sobre el que apoyarse psicológicamente.
La desesperanza se traslada también a los voluntarios, que recorren cajeros automáticos y naves industriales vacías en busca de más personas acurrucadas en una esquina. Tienen la sensación de que podría pasarles a ellos cualquier día, y por eso seguirán durante los próximos meses recorriendo las calles de la ciudad para sustituir los fríos cartones por, al menos, una vieja manta que caliente una noche al raso.
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