En junio de 2012 comenzaba la remodelación de la intersección de la Avenida de Valdelaparra, la Avenida de la Industria, la carretera de Fuencarral y la calle Cantabria, conocida por todos como la glorieta del Amura. El Ayuntamiento abordaba un problema de comunicación en la ciudad, que no era tarea fácil por los condicionantes de la zona: glorieta con cinco ramales de acceso de elevada intensidad circulatoria, el paso encauzado del arroyo de la Vega por debajo de la glorieta y la proximidad a la glorieta de la antigua N-I, situada a nivel superior, que impedían soluciones de tipo paso inferior y paso superior.
El plazo de ejecución de las obras era de 24 meses y, pocos días después de cumplirse este plazo, está abierto el ramal de conexión directa de tráfico que proviene de la A-1 con la Avenida Olímpica. También están abiertos al tráfico el ramal de giro directo desde la Avenida de la Industria a la carretera de Fuencarral y el giro directo de la carretera de Fuencarral hacia la A-1. En breve entrará en funcionamiento, cuando el Ministerio de Fomento autorice el ramal de acceso directo a la A-1.
Una acera comunica el margen de la antigua N-I, donde se encuentran la gasolinera y concesionarios de vehículos, con la Avenida Olímpica. A través de escaleras, se comunica esta nueva acera con la calle Cantabria, y se ha dado continuidad al carril bici de esta calle, que ahora queda unido con el que discurre por Arroyo de la Vega. Las obras se han realizado ajustadas al presupuesto presentado en concurso por la empresa adjudicataria Sacyr.
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