En palabras del consejero, ganadería y conservación son complementarias porque la práctica de la ganadería extensiva presenta un claro vínculo con la correcta gestión del medio natural, al tiempo que éste le oferta los recursos alimentarios necesarios durante el periodo de pastoreo.
Entre los beneficios que se le atribuyen a la ganadería extensiva sobre el medio natural destacan el mantenimiento del paisaje y la diversidad de hábitats; la mejora de la estructura y composición del suelo, ya que mejora su fertilidad y es un importante agente en la diseminación de semillas, al tiempo que evita la erosión. Además, su aprovechamiento estimula la producción.
Del mismo modo, es importante la contribución a la prevención de incendios forestales por la acción ramoneadora del ganado, ya que el aprovechamiento ganadero del monte reduce la carga de combustibles y disminuye los costes de mantenimiento de áreas cortafuegos.
Este tipo de ganadería favorece también la conservación de razas autóctonas, algunas de ellas en peligro de extinción. Se trata de especies generalmente rústicas y muy adaptables al medio, lo que las hace ideales para el régimen extensivo. Entre ellas cabe destacar la raza Avileña Negra Ibérica, la Berrenda en Negro y en Colorado o la cabra de Guadarrama, ésta última autóctona de la Comunidad de Madrid y en peligro de extinción.
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