Cuando Ludwig van Beethoven estrenó el 7 de mayo de 1824 en Viena la Novena Sinfonía no pudo saborear el éxito de su trabajo con intensidad porque la sordera que ya sufría le impidió oír los aplausos del público. Se trata de una de las piezas musicales más interpretada, arreglada y versionada de todos los tiempos. De hecho, la Oda a la Alegría fue declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad y adoptada por los jefes de estado y de gobierno europeos como himno oficial de la Unión Europea.
Según los expertos, es una obra que marcó un hito por su orquestación y duración. Además, por primera vez, aparecen en una sinfonía cuatro solistas y coro mixto que cantan en alemán los versos Schiller.
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