En el otoño, con la llegada de las lluvias y con el calor que aún se conserva en el suelo, aparecen muchas setas comestibles, como las setas de cardo, los níscalos, o los boletus. Algunas de ellas son muy apreciadas por sus excelentes propiedades gastronómicas. Eso sí, es importante tener ciertos conocimientos en la materia ya que algunas pueden resultar muy tóxicas. El único sistema válido de identificar las distintas especies correctamente es basarse en sus características diferenciales y recolectar exclusivamente aquellas que se conozcan con total seguridad. Hasta el 25 de noviembre, el centro de innovación turística Villa de San Roque acoge una exposición sobre ellas, basada en la obra del artista y artesano Guillermo Gutiérrez. Una ocasión única de adentrase en este interesante mundo que florece con la llegada del otoño.
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