Los colores del otoño en el mágico Hayedo de Montejo
Se trata de uno de los parajes más genuinos que podemos visitar en nuestra región. A pesar de su encanto durante todo el año, es en esta estación cuando despliega su más amplia paleta de colores, que bien merecen ser contemplados. Nos acercamos a este ecosistema, único en estas latitudes, refugio de especies protegidas y remanso de paz para el caminante.
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Dice la leyenda que el Hayedo de Montejo es un bosque habitado por duendes y hadas a los que les gusta engatusar a visitantes y caminantes para convertirlos en animales y así aumentar la población del lugar. Sea así o no, lo cierto es que se trata de un paraje insólito dentro de la Comunidad de Madrid. Su formación se debe a una serie de factores mágicamente combinados como la humedad constante, la riqueza del suelo y su peculiar microclima. Además, un hayedo como éste es difícil en nuestra latitud porque su origen se remonta a las etapas lluviosas y húmedas postglaciares, como explica José Manuel Barrueco, responsable del Programa del Hayedo de Montejo de la Consejería de Medio Ambiente.
Por ello, tiene la catalogación de Sitio Natural de Interés Nacional y exige unos cuidados muy especificados para proteger tanto la flora como la fauna.
La altitud del Hayedo ronda los 1.500 metros, tiene unas 222 hectáreas y está delimitado en su parte inferior por el río Jarama, donde crecen brezos y abedules. Aunque es en las laderas de la zona montañosa donde las hayas surgen señoriales, casi siempre mezcladas con robles, rebollos o acebos. Muchos son los colores que podemos encontrarnos en él, pero cuando llega el otoño es cuando se muestra más impactante que nunca, con tonos color pizarra y marrones impresionantes. Una gama de amarillos, verdes, rojizos y anaranjados en sus hojas, que crean un paraje de ensueño.
Un bosque habitado por especies emblemáticas, muchas protegidas, para las que Montejo supone uno de sus últimos refugios. Así conviven comadrejas, corzos, erizos, el gato montés, jabalíes, musarañas, nutrias, visones o zorros; diversas culebras y la víbora hocicuda; águilas, cucos o gavilanes; e insectos como arañas lobo, entre otras especies.
Un hayedo que se puede recorrer a través de tres sendas, de alrededor de los tres kilómetros y una duración cercana a la hora y media, con una gradual dificultad. Desde la fácil ruta del Río, hasta la complicada senda del Mirador, pasando por el asequible recorrido de la ladera.
Recordamos que, dada la alta demanda de visitas del hayedo y su rigurosa protección, el 50% de las visitas se facilitan con anticipación a través de los teléfonos 91 869 70 58 y 91 869 72 17, y el resto podrán entrar por riguroso orden si se acercan directamente al Centro de Recursos del Ayuntamiento de Montejo de la Sierra, c/ Real, 64, donde se entregarán los pases del día hasta que se acaben.
Para visitar este hayedo hay que tomar la autovía de Burgos, y acceder desde Buitrago por la autovía E-05, para coger el desvío a Gandullas y Montejo de la Sierra. Finalmente, desde Montejo, se accede a través de la carretera M - 139, km 8, dirección El Cardoso.
A la entrada nos encontraremos con el área recreativa, dotada de mesas, fuentes y contenedores, donde podremos reponer fuerzas y hacernos una foto para recordar un lugar inolvidable.
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