En solo dos años, un piercing en los labios puede empezar a provocar una evidente pérdida de encías, es una de las lesiones que más temen los dentistas, aunque uno de sus peores enemigos son los pendientes en la lengua. Este es, de hecho, el piercing más peligroso, según el Consejo General de Dentistas.
Los casos más extremos que se han encontrado son los piercings en la campanilla o una peligrosa moda en auge: el tallado de los dientes simulando a los de un tiburón. Todas son modas con peligrosas consecuencias inesperadas
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