Se trata de un gran montaje sobre la ambición desmedida, una obra de Lillian Helman, que entronca con la tradición del gran teatro realista norteamericano de los años 40 y 50. Este montaje del Centro Dramático Nacional respeta y enmarca esa tendencia con una monumental escenografía del director Gerardo Vera, un gran elenco de actores encabezados por Nuria Espert, y una iluminación y vestuarios exquisitos. Un gran mural de las clases adineradas del Sur en los primeros años del siglo veinte que nos habla de ambición desmedida, de intrigas, pasiones y suspense.
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