Desde la Comunidad de Madrid se hace un balance más que positivo de las políticas medioambientales llevadas a cabo en esta legislatura. Según los datos de la Consejería de Medio Ambiente, la región concentra casi el 40 por ciento de las especies de fauna y flora de la península, mientras que se están recuperando numerosas especies amenazadas y se han plantado 12,5 millones de árboles desde 2003. Como ejemplo ponen el águila imperial, con 35 parejas en la región, 8 más que en 2007.
El Partido Socialista asegura, sin embargo, que el Año Internacional de la Biodiversidad ha pasado por Madrid sin que se haya hecho nada al respecto. Denuncian que en 2011 habrá un recorte del 26 por ciento en materia medioambiental en los Presupuestos regionales o que no haya un plan para recuperar las especies amenazadas. Critican con dureza, por ejemplo, la polémica generada con los ganaderos por la presencia de lobos en la región, y la salud de bosques y ríos. Desde el PSOE consideran que los planes de la Comunidad suponen una amenaza para la biodiversidad y aseguran que su partido, en caso de ganar las elecciones, llevará a cabo una estrategia seria en la materia que beneficie la biodiversidad y la calidad de vida de los madrileños.
Ecologistas en Acción, por su parte, es contundente en sus acusaciones a la Consejería de Medio Ambiente. Asegura directamente que este organismo favorece la destrucción de la biodiversidad. La organización habla de grave retroceso en materia de conservación de la naturaleza. Se quejan de que, en un año como éste, apenas se hayan realizado acciones para difundir la importancia de preservar los ecosistemas.
Desde Ecologistas en Acción se desgranan diez problemas muy graves que, a su juicio, padece la región. Entre otras cosas, consideran que existen 18 especies en peligro de extinción sin ningún plan específico de recuperación, que el catálogo de especies amenazadas es obsoleto al datar de 1992, denuncian la desaparición de zonas húmedas y consideran que se están realizando repoblaciones con especies vegetales impropias. Como conclusión apuntan que no existe una línea seria de trabajo en materia de biodiversidad.
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