“Puñetazos en el ojo, rodillazos y amenazas”
Francisco Javier Moreno ha denunciado al Cuerpo Nacional de Policía “por agresión policial y tortura” en la comisa de Alcobendas. Moreno afirma que recibió una brutal paliza supuestamente de un agente, que a su vez era el novio de una de las mujeres a las que intento robarles el bolso, motivo de la detención. El caso lo respalda la Coordinadora para la Prevención y Denuncia de la Tortura que afirma que en 2013 se han producido 252 casos de este tipo en todo el país.
- Actualidad - Alcobendas
- 03/06/2014 a las 18:45
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“Puñetazos en el ojo, rodillazos y amenazas”
Francisco Javier Moreno, vecinos de Alcobendas de 36 años de edad, fue detenido en diciembre de 2013 tras intentar robarles el bolso a unas mujeres en la calle Marqués de la Valdavia del municipio. Fue acusado del delito de robo con violencia y condenado a seis meses de cárcel que cumplió en Soto del Real.
Según Moreno la agresión se produjo en los calabozos de la Comisaría de la Policía Nacional de Alcobendas, cuando uno de los agentes empezó a pegarle puñetazos en un ojo y rodillazos en las costillas, mientras le amenazaba y le insultaba. Moreno ha explicado en Hoy por Hoy Madrid Norte que la paliza le ha provocado pérdida de audición y visión y una depresión que se está tratando con medicación.
Moreno afirma que el agente que supuestamente le torturó era el novio de una de las mujeres a las que intentó robarles el bolso. Reconoce que cometió un delito y que ya ha pagado por ello pero afirma que eso no justifica que se produjera un abuso de autoridad y malos tratos mientras estaba retenido en la comisaría antes de pasar a disposición judicial.
La denuncia de Francisco Javier Moreno sigue su curso judicial bajo el apoyo de la Coordinadora para la Prevención y Denuncia de la Tortura que estos días ha hecho balance de la situación en nuestro país. La CPDT afirma que en 2013 se han producido 252 casos de este tipo, un 12,5% menos que el año pasado. Aunque la coordinadora insiste en que el miedo a recibir represalias y la desconfianza en los tribunales de justicia y las instituciones llevan a las víctimas a no denunciar.
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