La Asociación Reforesta afirma que no hace falta esperar a finales de este siglo, cuando está prevista una subida de hasta 7ºC en la Comunidad de Madrid, para ver los efectos que el cambio climático ya está ejerciendo sobre la vegetación de la Sierra de Guadarrama.
Los técnicos de esta entidad han observado fresnos en flor a principios de noviembre, cuando lo habitual es que florezcan en los meses de marzo y abril. También han visto encinas, con floración habitual en mayo, con flores y bellotas al mismo tiempo en estas fechas en San Agustín de Guadalix, a 900 metros sobre el nivel del mar. También afirma el presidente de Reforesta, Miguel Ángel Ortega arbustos como el piorno y el enebro rastreo están invadiendo el espacio de las especies vegetales presentes en las cumbres montañosas que hacen de la flora ibérica una de las más ricas de Europa.
El presidente de Reforesta, Miguel Ángel Ortega ha explicado que la floración fuera de época exige a los árboles un esfuerzo adicional que les resta energía para el resto de sus funciones vitales. Si estas alteraciones se repitiesen con más frecuencia, repercutiría en la salud de los árboles, haciéndoles más vulnerables a los ataques de plagas, lo cual aumentaría el volumen de madera muerta en el monte y el riesgo de incendio forestal. Este proceso sería un círculo vicioso que provocaría la degradación de la tierra, el avance de la desertificación y la emisión a la atmósfera del carbono retenido en los tejidos de los árboles, lo cual a su vez, reforzaría el efecto invernadero y el consiguiente calentamiento global.
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