El absentismo se detecta en los centros educativos, colegios e institutos y el trabajo para solucionarlo se inicia desde ellos. Los menores que faltan a clase no suelen encontrar motivación para estudiar o se sienten incapaces de hacerlo. Por ello es importante que recuperen la confianza en sí mismos con todos los apoyos necesarios, porque tras el absentismo escolar se esconden problemas familiares, emocionales o afectivos, e incluso económicos o sociales.
Por esta razón, se hace imprescindible el trabajo coordinado entre los distintos profesionales implicados, desde dentro y fuera de los centros escolares, trabajando con los menores y sus familias, informando y concienciando a los padres de la importancia de la asistencia a clase para el sano desarrollo de su hijo. Así lo explica la concejala de Educación, Lorena Heras.
Algo que se puede conseguir estimulando la implicación del alumno, familia y centro, para estimular al joven a que participe en actividades extraescolares, por ejemplo.
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