Los autores señalan que, si se redujese la contaminación del aire en 30 microgramos por metro cúbico en ciudades como Madrid y Barcelona, se evitaría un 5% de los infartos. Es el resultado de un estudio que revisa 36 trabajos sobre los distintos desencadenantes del infarto, tales como la cocaína, el alcohol o la cafeína, y que demuestra la importancia de reducir la polución.
Mientras las ciudades más limpias presentan niveles de unos 25 microgramos, las más contaminadas alcanzan los 50. En este grupo se encuentran Madrid y Barcelona con anticiclones que llegan a los valores de incluso 140 microgramos. Así, la salud pública es prioritaria, ya que las partículas contaminantes finas atraviesan el alveolo pulmonar, provocan inflamación y afectan al sistema circulatorio. Un riesgo coronario que hay que tener en cuenta.
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