La sentencia condena a Julián T. a dos años de cárcel como autor responsable de seis delitos de homicidio imprudente y dos delitos de lesiones imprudentes, con la atenuante cualificada de alteración mental. Además, se le priva del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tres años. La resolución concluye que el acusado no debió ponerse a los mandos del vehículo, con motivo del cansancio que acumulaba por una larga jornada laboral.
El dispositivo de la Guardia Civil que realizaba el control antiterrorista estaba compuesto por once agentes y cinco vehículos. Desmontando el control los guardias civiles vieron un BMW sospechoso, que empezaron a perseguir un sargento y dos agentes. En ese momento, siete de los ocho guardias civiles restantes fueron arrollados por el camión, de los que fallecieron seis.
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