Acceder a un crédito bancario para poder comprar un piso es cada vez más difícil, y entre la inestabilidad económica y la creciente desconfianza de los ciudadanos hacia el sector financiero, pues la histórica tradición española de comprarnos una casa, nuestra casa, se va quedando obsoleta.
La asociación para el fomento del alquiler y el acceso a la vivienda, Arrenta, prevé que este año los contratos de alquiler se incrementen hasta en dos puntos, siendo ya un 20% las familias españolas que viven arrendadas. Pero es que estiman que, de aquí a 2015, una de cada cuatro familias vivirán ya en un piso, sencillamente, alquilado.
Y es que la cultura del alquiler, de vivir en alquiler, es algo bastante interiorizado en muchos países europeos, pero hasta ahora y por alguna razón no había hecho calado en España.
La nueva tendencia afecta, evidentemente también, a los propietarios y cada vez son más lo que aceptan poner su piso en alquiler ante la imposibilidad de venderlo. Eso sí quieren asegurarse el cobro de las mensualidades.
Por eso Arrenta aprecia también un incremento en la contratación de servicios externos que se encarguen de garantizar el cobro a sus inquilinos. De hecho seis de cada diez nuevos alquileres cuentan desde el principio con este tipo de garantías.
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