Es la momia más antigua que se conserva, y una de las más controvertidas. Ötzi, que así fue bautizada por los científicos, tiene la friolera de 5.300 años de antigüedad, pero su cadáver, acartonado por el frío de los Alpes, donde fue hallado en los años 90, parece vengarse desde entonces de todos aquellos relacionados con su descubrimiento.
El Hombre de Hielo ha sido sometido a todo tipo de análisis y mediciones, ya que es la momia más antigua del viejo continente y, por tanto, su estudio ha servido para arrojar luz sobre un periodo poco conocido de la evolución humana: el de los europeos del Neolítico tardío o Edad del Cobre. Actualmente, tanto su cuerpo como sus pertenecías –algunas muy singulares– se conservan y exponen en el Museo de Arqueología del Tirol del Sur de Bolzano, en Italia, siendo la joya de la corona de su exposición permanente.
Tras su descubrimiento, la titularidad de la momia fue motivo, incluso, de un enfrentamiento diplomático entre Austria e Italia, y han sido numerosas las hipótesis –algunas contradictorias– que han surgido sobre el espécimen.
Pero lo más inquietante en relación con Ötzi es que parece acompañarle una terrible maldición, que recuerda a la célebre del faraón egipcio Tutankamón. Desde que fue hallada en un glaciar alpino en 1991, han sido siete las personas fallecidas directamente relacionadas con la momia, varios científicos y también su descubridor, Helmut Simon, quien, a pesar de ser un experimentado montañero, años después sufría un accidente que le causaba la muerte a apenas 160 kilómetros del glaciar del Hombre de Hielo. Siete personas que murieron por diferentes motivos en un periodo de quince años, y la mayoría no por causas naturales sino en extrañas circunstancias o fatídicos accidentes.
Mucho se ha hablado desde entonces de una supuesta maldición, que ha vuelto a cobrar vida con los nuevos descubrimientos que se han realizado sobre la momia: una serie de extraños tatuajes, hasta 61, cuya finalidad no está clara y que han abierto un debate entre los científicos: podrían ser marcas relacionadas con una suerte de precoz acupuntura, pero también símbolo de carácter religioso.
Desde la violenta forma en que murió hasta el hecho de que varias mujeres se hayan ofrecido, incluso, para concebir un hijo de Ötzi, hacen que el Hombre de Hielo sea una auténtica celebridad entre nuestros ancestros. Hoy, en nuestro espacio de misterio, hablamos de esta y otras momias singulares con el redactor jefe de la revista Enigmas, Óscar Herradón.
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